domingo, 16 de octubre de 2016

GRACIAS BOB DYLAN

 Hace exactamente diez años, Patricia, quien en breve se convertiría en mi enamorada, conoció por primera vez Bob Dylan.
Sin tener clara la idea de cómo decirle que ella me gustaba, resolví muy a mi estilo que tenía que escribirle un poema. Para hacerlo no elegí un papel en blanco ni tampoco fue un poema tipeado, sino que, pensando en demostrarle la profundidad de mis sentimientos, decidí escribirlo a mano, dibujando cada letra, ordenando cada verso, para que brillaran y me hicieran brillar ante sus ojos.
Entonces, de mis papeles desordenados, cogí una hoja con la imagen fotocopiada de gran Bob Dylan, y en la cara en blanco, comencé a escribirlo. Días después ella lo encontró en su área de trabajo donde yo lo había dejado furtivamente como para sorprenderla, después conversamos de ello con emocionante recelo, pero sobre todo fue un pretexto para hablar de poesía y, por supuesto, de aquella fotografía en blanco y negro, con un joven Bob Dylan vestido de prendas albas, con un sombrero claro, sentado en la puerta de lo que parecía ser un rústico vehículo, sosteniendo una guitarra en la cual se apoya con mucho estilo.
Ese fue un inicio claro de esta historia.
Como es de suponer, juntos comenzamos a escuchar sus canciones, cuyas letras en inglés intentaba traducirlas para ella, resumiéndole de alguna forma el mensaje poético elemental de cada una.
Aunque por mucho tiempo, en los salones de críticos y escritores, corrió el vago rumor de que Bob Dylan ganaría alguna vez el Premio Nobel de Literatura, para estos años del futuro en que vivimos, ya ni siquiera se podía imaginarlo.
Esta mañana del 13 de Octubre de 2016, en el que Paty y yo celebramos con bombardas, serpentinas y muchísimo amor, nuestra primera década juntos, nos enteramos sorprendidos que, aquel conveniente Cupido atrapado entre el color opaco de un tóner genérico y un nervioso poema de amor, ha ganado el Premio Nóbel de Literatura del presente año. Increíble, nos dijimos.
Pese a las controversias y la polémica mundial originada por este premio, queda claro que no nos equivocamos al notar grandeza y genialidad en las letras de sus canciones.Yo personalmente lo aprecio más por su poesía que por su música.
Porque estamos agradecidos y satisfechos por este gran suceso, vamos pues por otra década y más si la vida alcanza, observando con nostalgia la foto vieja de Bob Dylan, de nuevo, como volviendo a comenzar.
Feliz aniversario, mi Patricia, amor de mi vida

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