
de la leña quemada
en el antiguo huerto
siempre de la mano, de la mano
aunque pisando el desierto
a la hora de nuestra madre
con el café caliente
de nuestros propios árboles
Compartimos aquel viejo
caramelo
nacido de un delantal que caminó bajo el cielo
entonces llovió y nos arroparon
nos durmieron bajo el viento
y quizá lloramos ese llanto
que aun lloramos cuando llega el silencio
nacido de un delantal que caminó bajo el cielo
entonces llovió y nos arroparon
nos durmieron bajo el viento
y quizá lloramos ese llanto
que aun lloramos cuando llega el silencio
Nadie necesita saber qué
es lo que queremos
si nos hace falta un abrazo
si ya no necesitamos más aquel recuerdo
de las tardes soleadas tocando el balón
de las estrelladas noches en aquel balcón
de cuanto extrañamos a nuestros abuelos
si nos hace falta un abrazo
si ya no necesitamos más aquel recuerdo
de las tardes soleadas tocando el balón
de las estrelladas noches en aquel balcón
de cuanto extrañamos a nuestros abuelos
Son tantas cosas que sin querer
nos ha ido revelado el
tiempo
y solo nos queda esperar ese día
cuando el niño que aun llevamos dentro
salga a la calle montando el cerco
a jugar con sus soldaditos maltrechos
a correr como gatos por el techo
a llorar otra vez
como ya antes
lo habíamos hecho
y solo nos queda esperar ese día
cuando el niño que aun llevamos dentro
salga a la calle montando el cerco
a jugar con sus soldaditos maltrechos
a correr como gatos por el techo
a llorar otra vez
como ya antes
lo habíamos hecho
Moyobamba, 08/09/2012
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